En un esfuerzo por reducir los accidentes viales y profesionalizar el creciente sector de motociclistas, el Gobierno del Estado de México ha implementado un sistema de certificación obligatorio, del cual ya se han aplicado más de 11 mil evaluaciones desde su puesta en marcha el pasado 7 de enero. Esta medida no sólo busca salvar vidas, sino también impactar positivamente en la economía local al formalizar y capacitar a miles de trabajadores del transporte en dos ruedas.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad estatal, 10 mil 400 motociclistas han aprobado satisfactoriamente el examen, mientras que alrededor de 600 deberán repetirlo para acceder a su licencia de conducir. La certificación, con un costo de 460 pesos, puede ser agendada a través del portal oficial de movilidad del Estado de México, y se aplica actualmente en los módulos de Cuautitlán Izcalli, Nezahualcóyotl, Metepec y Ecatepec.
Más allá de su dimensión vial, esta medida tiene implicaciones económicas significativas. En los últimos años, el uso de motocicletas ha crecido de forma acelerada, especialmente como herramienta de trabajo en sectores como el reparto de alimentos, mensajería y comercio electrónico. Este crecimiento ha sido particularmente notable entre jóvenes que buscan ingresos rápidos y flexibilidad laboral.
Al establecer un estándar mínimo de conocimientos y habilidades, el gobierno mexiquense no solo fortalece la cultura vial, sino que también contribuye a la profesionalización de este sector emergente, que es clave para la logística urbana. “Estamos tachados como lo malo del tránsito, pero este certificado demuestra que estamos preparados”, expresó Alejandro Gaspar, motociclista que recientemente obtuvo su acreditación.
La regulación también podría tener efectos positivos en el costo de los seguros para motociclistas, al reducir la siniestralidad y fomentar mejores prácticas de conducción. De hecho, se espera que, a mediano plazo, las aseguradoras respondan con productos más accesibles para quienes cuenten con esta certificación, lo que a su vez incentivaría aún más la formalización.
Para el Estado de México, donde miles de personas utilizan motocicletas como herramienta de trabajo diario, esta iniciativa representa una oportunidad para equilibrar desarrollo económico con responsabilidad social. Al garantizar que los conductores estén capacitados, se protege no solo su vida, sino también la de peatones, ciclistas y automovilistas.
Con una visión integral que vincula seguridad, empleo y movilidad urbana, el Edomex da un paso firme hacia la modernización del transporte en dos ruedas, convirtiendo la certificación en una inversión clave para el desarrollo sostenible.
