Cortar un árbol de Navidad: una tradición ecologista en Edomex

by Mundo Ejecutivo Edomex

Sí. Aunque suene contradictorio. Además de ser una actividad llena de significados culturales y que invita a la reunión con nuestros seres queridos, el Estado de México tiene tan buen cuidado de sus bosques que cortar un árbol de Navidad, en las zonas bajo manejo forestal, es una actividad cultural y turística en pro del medio ambiente. Ahora les cuento el porqué.

La tradición de adornar un árbol para las festividades navideñas se remonta a siglos pasados, con orígenes que entrelazan las costumbres paganas y la celebración del cristianismo, al rememorar el nacimiento del mesías para esa religión: Jesús.

En la antigua Europa, al celebrar el solsticio de invierno, se utilizaban siempreverdes como símbolos de la vida que perdura a través de las estaciones. En Alemania, se popularizó la costumbre de elevar un árbol en los hogares durante la Navidad, una práctica que se trasladó a otros países gracias a inmigrantes y la difusión cultural, convirtiéndose en un símbolo festivo ampliamente reconocido en todo el mundo.

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Pero en nuestro Estado de México, este emblemático ritual cobra vida a través de numerosas plantaciones de árboles de Navidad disponibles para el corte, a través de una serie de acciones bien cuidadas y encaminadas, que permiten que todo mundo salga ganando: las personas que tienen terrenos de bosque y encuentran en esta actividad comercial una forma de sustento y ocupación profesional; la gente que acude a buscar un poco de distracción, diversión y dar cauce a sus tradiciones, religiosas o simplemente culturales, y el medio ambiente, pues no censurar y controlar esta actividad permite un cuidado de nuestras zonas boscosas y se logra darle cuidado y mantenimiento a la masa forestal, para que nos siga dando oxígeno y agua, como es su natural función.

La tercera parte de la extensión total de la entidad es zona boscosa, es decir, 757,000 hectáreas; de éstas, casi la mitad (310,000 hectáreas) tiene tiene permiso del Gobierno estatal, a través de la Protectora de Bosques (Probosque) de manejo forestal: o sea, se pueden aprovechar comercialmente (bajo supervisión técnica, tras cumplir programas de reforestación y bajo estricta vigilancia) los productos maderables. Y dentro de esta área permitida, hay alrededor de 3,000 hectáreas dedicadas a la producción de árboles con fines navideños.

Esto significa que bajo la batuta de la Gobernadora Delfina Gómez, en el Estado de México mientras más se aprovechan los recursos maderables de las zonas permitidas, más tienen recursos los dueños de las zonas boscosas, y logran extender más el área verde, gracias al manejo forestal tecnificado y la asesoría que se les da. Es como podar constantemente una plantita que cada vez crece más y da mejores frutos. Todos ganan. Así es como desde aquí, aportamos a nuestro planeta nuestro granito de arena, para conseguir la meta que propuso nuestra Presidenta, Claudia Sheinbaum, ante los mandatarios del resto del mundo en el G20 de Río de Janeiro, a quienes puso en la mesa la propuesta de llevar a cabo el programa de reforestación más grande del mundo, usando apenas el 1% del presupuesto militar que dedican los países con industria bélica.

Ahora sí, una vez aclarado lo anterior, hagamos un recorrido meramente cultural de los divertido que es esta tradición, perfectamente calculada por los técnicos forestales como una actividad respetuoso y cuidadosa del medio ambiente.

Estas plantaciones no sólo aportan a la economía local sino que también brindan una experiencia única a los visitantes, quienes tienen la oportunidad de acercarse a la naturaleza y participar en una tradición que ha perdurado en generaciones.

La zona oriente del Estado de México, particularmente en lugares como Amecameca, se convierte en un destino inigualable para aquellos que además de buscar un árbol de Navidad esperan conseguir una vivencia completa que integra la cultura, la naturaleza y el deporte. Al visitar esta región, los turistas pueden disfrutar de diversas actividades que enriquecen su experiencia.

Entre la oferta deportiva, está el senderismo por los hermosos parajes de los volcanes. Caminar entre paisajes montañosos y deleitarse con la flora y fauna locales se convierte en un ejercicio revitalizante. Además, para los aficionados al ciclismo, las rutas en bicicleta de montaña ofrecen un reto que puede complementarse con la adrenalina de un entorno natural impresionante.

Socialmente, la zona oriente destaca por sus festividades y mercados. El ambiente acogedor, la calidez de su gente y un buen taco de cecina con crema convierten la visita en una experiencia memorable. Las posadas en las comunidades, que comienzan el 16 de diciembre, también son una parte integral de la celebración, donde todos se reúnen para compartir momentos de alegría y unidad.

Culturalmente, la región de Amecameca posee una rica herencia indígena y colonial que se manifiesta en su arquitectura, artesanía y festividades. Además, una visita a la Hacienda de Nepantla, donde se puede aprender sobre la historia de Sor Juana Inés de la Cruz y las tradiciones literarias mexicanas, es un imperdible. La Casa Museo de Sor Juana, por su parte, ofrece exposiciones enfocadas en su vida y obra, brindando una profunda inmersión en el legado cultural que perdura hasta nuestros días.

Los visitantes pueden explorar las iglesias que datan de la época colonial, así como los talleres de artesanos que crean piezas únicas, ideales para llevar un pedacito de esta cultura a casa. Las exhibiciones de danzas típicas y las representaciones teatrales sobre la historia de la Navidad son también atractivos que no deben pasarse por alto.

Así, la tradición de cortar árboles para Navidad en el Estado de México se convierte en una puerta abierta a un mundo de experiencias que trascienden lo festivo: son una oportunidad de disfrutar un día en familia, aprender de la riqueza cultural de la región, y (aunque suene contradictorio, ¡pero es una realidad!) contribuir al cuidado del medio ambiente, y aportar a la economía de la región.

La zona de los volcanes, en el oriente de nuestra entidad, con su belleza natural y su vibrante cultura, invita a todos a ser parte de un viaje que celebra no sólo la Navidad, sino la esencia misma de vivir en comunidad y en armonía con la naturaleza. Vayamos y descubramos la magia de la temporada, donde cada árbol cortado representa una historia, una celebración y una conexión con nuestras raíces.

Lee esta entrevista completa en el nuevo número de la revista Mundo Ejecutivo Edomex

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