Después de casi una década en penumbras, las emblemáticas Torres de Satélite, ubicadas en el municipio de Naucalpan, Estado de México, vuelven a iluminarse. Este hecho representa no solo un acto simbólico, sino también una muestra de gestión administrativa enfocada en la recuperación de espacios públicos. La reactivación del sistema de iluminación fue posible gracias al pago de un adeudo millonario que la actual administración municipal cubrió con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Durante ocho años, las Torres permanecieron sin luz debido a la acumulación de pagos pendientes con la CFE, generando no solo una pérdida en la visibilidad nocturna de este importante ícono urbano, sino también afectando la imagen y el atractivo turístico de la zona. La falta de iluminación también incidía en la percepción de inseguridad, lo que provocaba el desinterés de visitantes y residentes por acercarse al sitio al caer la noche.
La alcaldía de Naucalpan informó que el compromiso con la recuperación de espacios públicos y con el rescate de símbolos históricos y culturales de la ciudad fue clave para tomar la decisión de saldar la deuda. El encendido de las luces representa una acción concreta orientada a mejorar el entorno urbano, generar sentido de pertenencia e impulsar la cohesión comunitaria.
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Las Torres de Satélite, diseñadas por el arquitecto Luis Barragán y el escultor Mathias Goeritz, son una de las obras más reconocidas del arte urbano moderno en México. Su restauración, aunque parcial, representa un paso importante hacia su valorización y conservación como patrimonio cultural de la zona metropolitana del Valle de México.
Además del impacto visual, el proyecto también considera medidas de mantenimiento preventivo y la planeación de una segunda etapa para modernizar la infraestructura eléctrica y garantizar su funcionamiento constante. Esta acción se enmarca dentro de un plan integral de recuperación del espacio público, mejora de servicios básicos y fortalecimiento de la imagen urbana del municipio.
Desde una perspectiva más amplia, la decisión de reactivar el sistema de iluminación no solo responde a una necesidad estética o cultural, sino también a una estrategia de administración responsable que busca atender rezagos históricos sin comprometer recursos futuros. Con ello, Naucalpan da un paso hacia la consolidación de una gestión más eficiente y orientada a resultados visibles para la ciudadanía.
El regreso de la luz a las Torres de Satélite envía un mensaje claro: con voluntad política, planeación y manejo adecuado de los recursos públicos, es posible restaurar los símbolos que definen a nuestras comunidades.
