El Parque Ecológico Zacango, ubicado en Calimaya, Estado de México, se ha convertido en un destino ideal para quienes buscan experiencias turísticas con un enfoque educativo y de conservación. Entre sus principales atractivos se encuentra la posibilidad de convivir con capibaras, los roedores más grandes del mundo. Esta actividad forma parte del programa “Experiencia Animal” y permite a los visitantes interactuar de forma segura y guiada con estos animales, acariciarlos, alimentarlos y conocer más sobre su comportamiento y características biológicas.
La interacción con los capibaras se realiza los fines de semana y durante temporadas vacacionales, en horarios establecidos y con cupo limitado, lo cual garantiza una experiencia íntima y respetuosa tanto para los visitantes como para los animales. El área donde viven las capibaras está diseñada para simular su hábitat natural, con cuerpos de agua, vegetación y espacios para su desplazamiento libre. Todo ello responde a un compromiso por parte del parque con el bienestar animal y la educación ambiental.
Uno de los aspectos más valiosos de esta actividad es el componente formativo. A través de la convivencia, los visitantes —especialmente niños y jóvenes— aprenden sobre la importancia de preservar la biodiversidad, el papel ecológico de los capibaras y por qué no deben considerarse mascotas domésticas. Estos animales, originarios de Sudamérica, son semiacuáticos, sociales y requieren cuidados muy específicos que solo pueden proporcionarse en entornos controlados como el que ofrece Zacango.
Los capibaras de Zacango forman una familia compuesta por adultos y crías, y siguen una dieta equilibrada a base de vegetales frescos, avena y suplementos como la vitamina C, que es esencial para su salud. El equipo veterinario del parque se encarga de su monitoreo constante, asegurando que cada ejemplar se mantenga sano y activo.
Desde una perspectiva turística, esta propuesta no solo atrae a visitantes locales y nacionales interesados en el ecoturismo, sino que también genera una derrama económica para la región. Zacango refuerza el vínculo entre recreación y conciencia ambiental, ofreciendo una alternativa familiar y enriquecedora que conecta a las personas con la naturaleza de una forma real y significativa.
Más allá del entretenimiento, esta experiencia impulsa la educación ambiental, el respeto por la fauna y la promoción de prácticas responsables de turismo. Al fomentar este tipo de acercamientos, se despierta una mayor empatía hacia los animales y se fortalece la cultura de conservación tan necesaria en los tiempos actuales.
En definitiva, la oportunidad de conocer a los capibaras en Zacango es mucho más que una visita al zoológico: es un viaje de aprendizaje, contacto con la naturaleza y participación activa en la protección del entorno. Una vivencia que vale la pena disfrutar y compartir.