El Senado de la República fue escenario de una sesión solemne sin precedentes: la toma de protesta de cientos de personas juzgadoras electas por la ciudadanía, así como de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Este hecho marca un cambio profundo en la forma de legitimar al Poder Judicial.
Por primera vez en la historia reciente, los ciudadanos participaron directamente en la elección de quienes impartirán justicia, fortaleciendo así la transparencia y el vínculo entre sociedad e instituciones. La legitimidad democrática se amplía más allá de lo legislativo.
La ceremonia celebrada en la Cámara Alta reafirma la importancia del Senado como garante del equilibrio de poderes. Validar y reconocer a los nuevos integrantes del Poder Judicial envía un mensaje de certeza política y confianza institucional.
El reto inmediato es transformar esta legitimidad electoral en resultados tangibles. La ciudadanía espera jueces y ministras capaces de impartir justicia con imparcialidad, eficiencia y sensibilidad social.
Para el sector empresarial, este hecho tiene un alcance especial. Un Poder Judicial confiable es garantía de certeza jurídica, condición esencial para atraer inversión, consolidar contratos y fortalecer el desarrollo económico en regiones clave como el Edomex.
La toma de protesta también representa un llamado a la responsabilidad. Los nuevos juzgadores no solo representan a la institución, sino a los ciudadanos que depositaron en ellos su voto y su confianza.
En definitiva, este cambio marca el inicio de una nueva etapa para el sistema de justicia en México. Una etapa donde la legitimidad ciudadana y la rendición de cuentas deben traducirse en confianza social y estabilidad económica.
Fotos: Senado de la República