En muchos negocios del Estado de México, es común tomar decisiones con base en la intuición, la experiencia o la costumbre. “Siempre lo hemos hecho así” o “yo creo que eso ya no funciona” son frases frecuentes en la operación diaria. Pero aunque la intuición es valiosa, los datos son fundamentales para tomar mejores decisiones y crecer de forma sostenible.
Contar con información concreta permite identificar lo que realmente funciona. ¿Qué productos se venden más? ¿Qué días hay mayor afluencia? ¿Qué gastos están creciendo sin control? ¿Qué canal digital te genera más ventas? Estas respuestas no deben venir de suposiciones, sino de mediciones.
No necesitas sistemas costosos ni ser un experto en análisis. Bastan herramientas básicas: llevar un control de ingresos y egresos, monitorear redes sociales, leer los comentarios de tus clientes, usar formularios o encuestas simples, y revisar los números al cierre de cada semana o mes.
Los datos no solo sirven para corregir errores: también permiten detectar oportunidades. Por ejemplo, saber qué días vendes más puede ayudarte a ajustar horarios; conocer qué productos se mueven poco te permite replantear tu inventario; y tener claro tu margen de ganancia real te ayuda a ajustar precios sin afectar tu rentabilidad.
Tu intuición puede ayudarte a tomar decisiones rápidas. Pero si combinas esa intuición con información sólida, tendrás mayor claridad y menos margen de error.
Una empresa que mide, mejora. Y en un entorno cada vez más competitivo, tomar decisiones informadas es una ventaja que no puedes ignorar.