En el Estado de México, muchos negocios pierden clientes no por falta de calidad, sino por fallas de comunicación. Un mensaje mal dado, una respuesta tardía o una falta de claridad pueden costarte más que un precio elevado. La comunicación es tu primera línea de ventas.
Uno de los errores más comunes es no responder a tiempo. El consumidor actual espera rapidez, y si no la recibe, busca alternativas. La tardanza se percibe como desinterés y genera desconfianza inmediata.
Otro error frecuente es dar mensajes poco claros. Cuando la oferta es confusa, el cliente se siente inseguro y prefiere no arriesgarse. La transparencia y la precisión en la información son tu mejor defensa.
La falta de coherencia también cuesta. Si lo que comunicas en redes no coincide con lo que el cliente vive en tu negocio, la credibilidad se derrumba. La congruencia debe estar presente en cada punto de contacto.
El descuido en la atención postventa es otro error que afecta directamente la fidelidad. No dar seguimiento transmite que solo te interesa la venta y no la relación. Y en un mercado competitivo, la lealtad es oro.
Escuchar mal o no escuchar también genera pérdidas. Muchos clientes no regresan porque sintieron que su opinión no fue tomada en cuenta. La comunicación efectiva es un diálogo, no un monólogo.
Recuerda: comunicar bien no es hablar mucho, es hablar claro, a tiempo y con coherencia. Evita estos errores y tu negocio se distinguirá en un mercado lleno de opciones.
