El triunfo de Morena ha superado cualquier encuesta y expectativa. Morena gobernará 24 de los 32 Estados de la República Mexicana (gobernaba 4 en 2018).
De igual forma, el bloque de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde, se perfila para tener la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. Por si fuera poco, Claudia Sheinbaum obtuvo más votos que el propio AMLO, situación que refuerza la aprobación y popularidad del partido en el poder.
¿Por qué ganó?
- Crecimiento del salario real: México es el país del mundo donde más creció el salario mínimo, con un 116% durante el sexenio. De igual forma, ante las reformas del outsorcing, las cotizaciones el IMSS llegaron a récords históricos, y el PIB per cápita aumentó a un ingreso de 15,000 pesos mensuales para cada mexicano. De igual manera, la pobreza se redujo un 16%, y por primera vez en coeficiente de Gini (que mide la desigualdad de ingresos) cayó un 18%, lo cual demuestra que en efecto a la clase trabajadora le va mejor y hay menos desigualdad en los ingresos. Así, en general los mexicanos aumentaron su salario y tienen más seguridad social.
- Programas sociales: De los 35 millones de hogares que hay en México, el 71% ya recibe por lo menos uno de los “Programas para el Bienestar” impulsados por la presente administración, que presupuestó para ello más de 600 mil millones de pesos. Hablamos de 11.4 millones de adultos mayores, 1.2 millones de personas con discapacidad, 239 mil niños que reciben Apoyo a Madres Trabajadoras, 10 millones de estudiantes becados, y casi 250 mil pesos de j becarios laborando en empresas, entre otros varios programas. Así, 7 de cada 10 mexicanos gozan de algún subsidio o apoyo por parte del gobierno que está ligado a programas sociales sin importar afiliación partidista, geográfica o sindical.
- Estabilidad macroeconómica: México le apostó a mantener una relación deuda/PIB estable. Y lo hizo: Se ha mantenido alrededor de niveles de 50% del PIB. Esto a pesar de haber crecido el gasto público un 50%, mismo que compensó creciendo la recaudación fiscal en la misma proporción, aumentando la base gravable poblacional, recurriendo a los grandes contribuyentes, y subiendo retenciones. De igual forma, el país optó por ofrecer una de las tasas de referencia más altas del mundo, teniendo los CETES en un 11% aproximado. Esto creó grandes oportunidades de inversión pasiva, lo cual generó récords de inversión y demanda de pesos mexicanos, influyendo en un tipo de cambio fortalecido. Por último, las remesas se duplicaron en su promedio anual durante el sexenio, situación que subsidió a las familias más pobres del país en cantidades superiores incluso al petróleo y al turismo. Por lo tanto, invertir en México hoy resulta rentable y seguro.
¿Qué debemos cuidar?
- Crimen organizado e inseguridad: Existe otra fuerza que controla en México la política, la economía, las rutas de transporte, las plazas comerciales y pueblos enteros. Hablamos de un crimen organizado que asesinó a más de 60 candidatos a posiciones políticas, y que suma casi 185 mil asesinatos, cifra que supera a la de cualquier otro sexenio en México. Existe un número sin precedentes de 12 organizaciones que están en disputa por el territorio: el Cártel de Sinaloa, Los Zetas, el Cártel de Tijuana, el Cártel de Juárez, el Cártel del Golfo, Los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los caballeros templarios, El Cártel del Noreste, Los Viagra y Los Rojos. Hoy la economía y seguridad del país se encuentra en verdadero peligro ante el creciente poder y diversificación de estas organizaciones criminales, que hoy influyen no sólo en el narcotráfico, sino en mucha de la economía formal e informal del país.
- Instituciones fuertes e independientes: La influencia del poder ejecutivo en el poder judicial y organismos autónomos preocupa. Durante el sexenio existieron intentos e intervenciones (retóricas o reales) en el Banco de México, en la elección de Jueces de la Suprema Corte, en la existencia del INE y el INAI entre otras. También la Banca de Desarrollo fue completamente destruida, y se desmantelaron algunas iniciativas institucionales importantes sin diálogo previo. Si bien es válido transformar instituciones, no pueden realizarse de manera unilateral. Crear instituciones ligadas al control de poder ejecutivo resta transparencia y crea hoyos financieros. La pérdida del grado de inversión de PEMEX, y los costos crecidos exponencialmente del tren maya y la refinería son ejemplos de este fenómeno.
- Déficit de deuda creciente: La deuda de México creció en el sexenio de 10 a 15 mil millones de pesos, un 50%. Esto fue contrarrestado por una recaudación fiscal que creció de 3 a 4.5 mil millones de pesos, arrojando la percepción impositiva más alta de la historia en cantidad de dinero. El proceso de aumento de impuestos constante en un escenario de dinero caro (por las altas tasas de interés de referencia) no es sostenible. En México las PYMES se encuentran en una encrucijada de pagar dinero caro, pagar más impuestos, tener presión del crimen organizado y poca liquidez en el sistema financiero. Un gobierno deficitario genera eventualmente devaluaciones, inflación, recesión y escasez crediticia. Habrá que cuidar que esto no ocurra.
Podemos pues sacar algunas conclusiones muy interesantes. En el sexenio, mucha de la sociedad salió de la pobreza y obtuvo mejores sueldos a través de subsidios y programas sociales. Las altas tasas de interés de igual manera atrajeron inversiones internacionales y lograron estabilidad en el tipo de cambio por la alta demanda de pesos.
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No obstante, esta circunstancia creó un entorno empresarial más hostil en términos de costo del dinero, un aumento importante en fiscalización, y crecientes costos laborales. Si a esto le sumamos costos por corrupción e inseguridad, la situación se complica aún más para la PYME.
Se requiere de una política pública integral que apoye a la actividad productiva en México y no se sostenga a través del subsidio. La clave para lograr el balance correcto no radica en la oposición gubernamental, hoy debilitada, sino en la participación y escrutinio que exija la propia sociedad civil a través del sector privado.