Ubicada en Ecatepec, Estado de México, La Costeña se ha consolidado como una de las empresas agroindustriales más emblemáticas del país. Fundada en 1923, esta compañía 100% mexicana ha convertido productos básicos como chiles, salsas, frijoles y vegetales en conserva en embajadores de la gastronomía nacional a nivel global.
De Ecatepec para el mundo
Con una planta de producción de clase mundial en Ecatepec, La Costeña no solo abastece al mercado nacional, sino que ha expandido su presencia a más de 60 países en los cinco continentes. Sus productos llegan a las mesas de consumidores en Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Australia y muchos más, posicionándose como un referente del sabor y la tradición mexicana.
Este crecimiento internacional no es casualidad. La compañía ha invertido en tecnología de punta, procesos automatizados y una estricta política de calidad e inocuidad que le permite competir en los mercados más exigentes. Además, su estrategia de expansión incluye la adquisición de empresas en el extranjero, como Faribault Foods en Estados Unidos, lo que ha potenciado su capacidad productiva y su red de distribución en Norteamérica.
Impacto económico y social
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La planta de Ecatepec representa un importante motor económico para el Estado de México. Genera miles de empleos directos e indirectos, apoya a proveedores nacionales y contribuye significativamente al desarrollo industrial de la región. Su capacidad para innovar, conservar el sabor auténtico y mantener altos estándares ha convertido a La Costeña en una marca confiable para millones de hogares.
Tradición e innovación
Uno de los mayores logros de La Costeña es su habilidad para conservar el sabor tradicional de la cocina mexicana, al tiempo que responde a las necesidades del mercado moderno. Ya sea a través de empaques prácticos, productos listos para consumir o nuevas líneas saludables, la empresa ha sabido reinventarse sin perder su esencia.
En un mundo globalizado, donde las marcas buscan diferenciarse por su autenticidad, La Costeña demuestra que la tradición puede ser una fortaleza competitiva. Desde su planta en Ecatepec, esta empresa mexicana continúa su camino de crecimiento, llevando el sabor de México a cada rincón del planeta.
