El Estado de México se encuentra entre las cuatro entidades del país con los niveles más altos de estrés financiero, afectando a 6.2 de cada 10 habitantes debido a problemas para cubrir gastos básicos, acumulación de deudas, incertidumbre sobre el futuro y preocupaciones por gastos imprevistos. De estos, 4 de cada 10 enfrentan altos niveles de angustia. Para equilibrar su situación financiera, necesitarían ingresos mensuales superiores a los 17,100 pesos.
Estrés financiero a nivel nacional A nivel nacional, el 39.9 por ciento de la población se encuentra en un nivel alto de estrés financiero, el 34.6 por ciento en un nivel moderado y el 28.5 por ciento en un nivel bajo o nulo. Esto implica que siete de cada diez mexicanos experimentan algún nivel de estrés financiero.
El INEGI, en colaboración con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), presentó los resultados de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023. Según esta encuesta, el 17.8 por ciento de las personas de 18 años y más reportaron un alto bienestar financiero; el 31.4 por ciento, un nivel medio alto, y el 50.8 por ciento, un nivel medio bajo o bajo.
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Además, el 48.4 por ciento de los encuestados expresó preocupación por la acumulación de deudas, y el 16.1 por ciento consideró que su nivel de endeudamiento era alto o excesivo. Como consecuencia del estrés financiero, el 34.9 por ciento de la población reportó experimentar algún malestar físico, como dolor de cabeza, gastritis, colitis o cambios en la presión arterial. Por otro lado, el 30.7 por ciento sufrió impactos psicológicos, incluyendo problemas de sueño o alimentación, y el 10.3 por ciento tuvo problemas sociales u otros, como conflictos familiares o en el trabajo. Sin embargo, el 57.2 por ciento de la población no experimentó consecuencias derivadas del estrés financiero.
Impactos y preocupaciones del estrés financiero En cuanto a las preocupaciones financieras, la principal inquietud de la población de 18 años o más es el aumento de las deudas. El 48.4 por ciento manifestó mucha preocupación por este tema, mientras que el 30.4 por ciento indicó tener cierta o poca preocupación, y el 21.2 por ciento no expresó preocupación alguna.
Las principales consecuencias del estrés financiero en la salud física incluyen dolores de cabeza, que afectaron al 34.3 por ciento de las mujeres y al 24.0 por ciento de los hombres; problemas de sueño, experimentados por el 31.1 por ciento de las mujeres y el 23.4 por ciento de los hombres; y problemas de gastritis o colitis, presentes en el 21.4 por ciento de las mujeres y el 11.4 por ciento de los hombres.
Los grupos de edad con mayor prevalencia de estrés alto son aquellos entre 30 y 49 años, y entre 50 y 64 años, con más del 40 por ciento de la población en estos rangos de edad presentando este nivel de estrés. En contraste, el porcentaje de jóvenes de 18 a 29 años con estrés alto es del 28.6 por ciento.
Entre las principales metas financieras de la población adulta, tanto hombres como mujeres mencionaron en primer lugar la compra o pago de su vivienda. Esta meta fue destacada por el 20.4 por ciento de las mujeres y el 23.1 por ciento de los hombres. En segundo lugar, las mujeres señalaron como objetivo proporcionar estudios a sus hijos o hijas (16.1 por ciento), mientras que para los hombres fue obtener más ingresos (11.7 por ciento).
La principal barrera para alcanzar estas metas financieras es la falta de ahorro, según declararon tanto hombres como mujeres. Sin embargo, las mujeres experimentaron esta dificultad en mayor medida, con un 47.1 por ciento frente al 39.2 por ciento de los hombres. La falta de oportunidades laborales es la segunda dificultad más común, afectando al 34.6 por ciento de los hombres y al 29.5 por ciento de las mujeres.
Este panorama refleja una situación crítica en el Estado de México y a nivel nacional, donde una gran parte de la población enfrenta dificultades económicas que impactan no solo su bienestar financiero, sino también su salud física y emocional.